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sábado, 1 de septiembre de 2012

Cuerpo utópico

Por Michel Foucault




















En esta conferencia de Foucault –publicada en castellano por la editorial Nueva Visión–, el cuerpo es primero “lo contrario de una utopía”, lugar “absoluto”, “despiadado”, al que se confronta la utopía del alma. Pero finalmente el cuerpo, “visible e invisible”, “penetrable y opaco”, resulta ser “el actor principal de toda utopía” y sólo calla ante el espejo, ante el cadáver o ante el amor

Apenas abro los ojos, ya no puedo escapar a ese lugar que Proust, dulcemente, ansiosamente, viene a ocupar una vez más en cada despertar1. No es que me clave en el lugar –porque después de todo puedo no sólo moverme y removerme, sino que puedo moverlo a él, removerlo, cambiarlo de lugar–, sino que hay un problema: no puedo desplazarme sin él; no puedo dejarlo allí donde está para irme yo a otra parte. Puedo ir hasta el fin del mundo, puedo esconderme, de mañana, bajo mis mantas, hacerme tan pequeño como pueda, puedo dejarme fundir al sol sobre la playa, pero siempre estará allí donde yo estoy. El está aquí, irreparablemente, nunca en otra parte. Mi cuerpo es lo contrario de una utopía, es lo que nunca está bajo otro cielo, es el lugar absoluto, el pequeño fragmento de espacio con el cual, en sentido estricto, yo me corporizo.

De la prodigalidad o el excedente suntuario

Por Michel Onfray






















La prodigalidad es una virtud de artista. Me fascina tanto como me disgustan la avaricia y la economía. Por otra parte, se podría definir al burgués como el ser radicalmente incapaz de gastar, sin quedar destruido por la contrición o carcomido por el remordimiento. El arrepentimiento lo invade en cuanto se desprende de sus ducados, y no conoce otra manera de redimirse que volver una y otra vez al trabajo. Acumular, atesorar, tener y poseer: no se cansa de amontonar dinero, confeccionar tesoros y calcular beneficios y dividendos. Su alma es la de un contador: de noche, sueña con libros contables y alcancías, carteras de acciones y riquezas que rinden.

Sexo y castigo

Por Jorge Majfud

De “Crítica de la pasión pura”
Tomado de: http://www.ensayistas.org/antologia/XXI/uruguay/majfud/critica/5.htm




















29, PUDOR. El poder está diversamente relacionado con el sexo. Dominar es monopolizar el objeto de deseo. Pero como el dominio es una pretensión universal, es inevitable el conflicto. Por ello, se debe ocultar el objeto de deseo o caer en el temido desorden. A los niños se les permite caminar desnudos por la calle, pero al resto de la humanidad se la condena por lo mismo. En casi todos los países se encarcela a los exhibicionistas y se penaliza el ejercicio de la cópula en lugares públicos. El ocultamiento del sexo es una práctica milenaria traducida en pudor. No conformes con ocultar el sexo, algunos excitados islámicos suprimen también la existencia corporal de sus mujeres y las castigan por mostrar los labios, los brazos o cualquier otra minúscula área del cuerpo que sea capaz de provocar el deseo en el macho. Porque el Caos es el mal y el Orden es de Dios.

Transgresión en sentido extramoral

Por Esther Díaz

Winkler Noah - Contemporanea Up
















Cuando la luz comienza a desteñir las sombras que rodean los mandatos se pueden vislumbrar como relámpagos las prácticas, a veces espurias, que los sostienen. Al iluminar nuestros orígenes -donde el mito se entreteje con la historia- surgen vestigios de las llamas que forjaron los inicios y ante nuestros ojos asombrados desfilan, como en una linterna mágica, asesinatos, estupros, traiciones, incestos, parricidios y fratricidios. Figuras y conceptos que se podrían expresar en pocas palabras: hablemos de transgresión.